En los paisajes de mi memoria ,Pancho es un referente en muchos sentidos , como persona me enseñó su generosidad y sinceridad.Con el conviví algunos años durante los cuales me transmitió sus conocimientos de alfareria canaria.Por eso lo admiramos tanto los que en una época nos dejamos caer por su taller y por su comedor de banquetas, exquisitos potajes y ron.
Para empezar habría que hacer un breve análisis del significado que tuvo la Atalaya de Santa Brígida en la transmisión de la alfarería tradicional en la isla de Gran Canaria y en el resto del archipiélago canario.
La alfarería de La Atalaya de Santa Brígida tal vez por su relativa cercanía a la capital de la isla o por el carácter especial de sus habitantes, era conocida en Gran Canaria y fuera de ella desde principios de 1900.
De siempre ha habido un interés por la técnica y los habitantes de esa población, pero es a partir de los años 70 cuando jóvenes de Gran Canaria y de Tenerife se interesan por conocer por si mismos la técnica de elaboración de la alfarería canaria.
Es en la persona de Pancho en la que encuentran el mayor apoyo y sirve de correa de transmisión para una mayor comunicación con el resto de loseras y población de la zona.
Su casa-cueva era un centro abierto de reunión de los vecinos y conocidos del pueblo que pasaban a todas horas , personajes de lo mas variopinto y auténtico como Manolito «el puto», «Meína»,» Merengue», «Colás», Santiago «maleta», Julio «el mierda», Carmen……. la inolvidable Maria «la Bambana » y por supuesto Antoñita «la Rubia «.Ya solo continúa trabajando en su cueva-taller Maria «la quemá «,ultimo exponente de la tradición alfarera de la atalaya de Sta. Brígida.
Entre asombrados y divertidos pasábamos las tardes de tertulia, los encuentros con los noveleros, fisgones y turistas, que se metían por todas partes, hasta casi meter las narices dentro del plato de oloroso potaje con el que nos brindaba Pancho a diario. Aparte de los estudiosos y entendidos en el tema y algún que otro político o funcionario ansiosos de coleccionar amistades tradicionales.
Juan de Dios , «La Engrifá», Antonio «el del bajo risco «, José «el barba » ,Blasi, Antonio Juan, Valentín con su mágica flauta, «el golondriano»….. , fuimos una primera hornada de jóvenes curiosos a los que Pancho y los vecinos de la Atalaya de Santa Brígida nos fueron acogiendo con sorpresa y curiosidad.
En este blog pretendo plasmar el aspecto humano de Pancho y su entorno.
Foto:Jose Miguel Cuenca